Dentro de nuestro cuerpo existe un sistema de mensajería perfecto comandado por glándulas y órganos especiales.
Yo las llamo glándulas maestras.
Son el hipotálamo, la hipófisis, la glándula pineal, la glándula tiroidea, el timo, las glándulas suprarrenales, el páncreas y los órganos reproductores.
Se encargan de soltar hormonas, que son como señales químicas fundamentales para que todo en tu cuerpo funcione bien: desde cómo quemas energía hasta cómo creces y te desarrollas, e incluso cómo duermes y te sientes (tu estado anímico depende mucho de cómo funciona esta red).
Muchas enfermedades están relacionadas a desequilibrios del sistema endocrino: patologías de la piel como acné, diabetes y obesidad, infertilidad, disfunciones tiroideas y ciertos tipos de cáncer. Además, la disrupción del sistema endocrino puede causar defectos congénitos y dificultades de aprendizaje.
Los disruptores hormonales están en nuestro entorno e incluso los podemos transferir a nuestros bebés durante el embarazo, y también durante la lactancia.